El gobierno del presidente Javier Milei planea implementar una terapia de shock para la economía Argentina que empezará con la devaluación del peso. Actualmente el dólar tiene un valor de 360 pesos argentinos pero luego del cambio esto bajará a $900 por dólar. La idea de devaluar la moneda es para implementar medidas de austeridad para tratar de salvar la economía Argentina. Lamentablemente esto traerá más problemas de inflación ya que la moneda tiene un valor cuestionable en los mercados internacionales. El nuevo presidente también tiene planes de acabar completamente con el Banco Central de la República Argentina (BCRA). El banco tiene una función importante en La regulación de la moneda nacional y también de poder combatir la inflación desde un punto gubernamental. El país ha conocido la presencia de este banco por prácticamente un siglo y para que un primer mandatario llegue y lo quite del panorama político también podrá traer con él graves repercusiones en términos de la economía. En estos momentos cualquier cambio drástico puede tirar a la Argentina a un caos del cual no puede sacarse.
El primer mandatario a pesar de tener ideas pragmáticas parece no tener el entendimiento de la repercusiones que estas medidas pueden tomar. Parece que está dispuesto a hacer lo que sea para implementar su plan a pesar de que este puede ocasionar problemas graves para el futuro de su país y sobre todo para los trabajadores y los sectores pobres que dependen del gobierno para mucho de lo que tiene que ver con el abastecimiento.
Interesantemente funcionarios del gobierno Milei insisten que los programas sociales que benefician a los niños no serán afectados por las medidas de austeridad. A la ultraderecha le importa muy poco el bienestar de los niños pobres – del campo y de los barrios marginales. La gente pobre siempre son los que sufren en gobiernos neoliberales que pretenden beneficiar a las clases más altas de la sociedad. Esto es un módulo que se ha repetido desde los inicios de la guerra fría y desde antes. Aunque la gente del gobierno de Milei diga que no quieren que pase hambre el pueblo eso es precisamente lo que va a pasar con esta terapia de shock que están implementando a un pueblo que ya no da más.
Por otro lado la vicepresidenta de la República Victoria Villaruel insiste en que las fuerzas armadas y del orden recibirán sus sueldos y beneficios sea como sea. Para un gobierno que insiste que va a ser cortes drásticos de algún lugar tienen que salir los recursos para pagarle a ciertos empleados del sector público. Muchos piensan que los militares y policías tendrán sus beneficios a las costillas de los pobres y de los trabajadores.
Villarruel – una negadora de la guerra sucia – donde murieron más de 30,000 estudiantes, sindicalistas, y luchadores por los Derechos Humanos a las manos de una dictadura cruel y asquerosa, es una doble cara dispuesta a premiar a los militares y a los policías a todo costo. A pesar de que su posición no tiene nada que ver con las fuerzas armadas, la Vicepresidente ya ha hecho varias giras dentro de círculos de las fuerzas armadas, policía, y gendarmería para demostrarle a aquellos su apoyo incondicional. Es mas que pretende que futuros vicepresidentes hagan lo mismo.
La verdad es que las medidas drásticas de este gobierno van a tener implicaciones graves en la sociedad Argentina. Nadie sabe exactamente qué es lo que va a pasar con la devaluación del peso, los intentos de dolarización, e incluso el cierre del Banco Central de la República Argentina. Todo lo que sabemos es lo que dice el gritón de la peluca y su vicepresidente fachista. La verdad es que la Argentina ha intentado estos cambios durante la década de los 80s, de los 90s, y después – y siempre el resultado es catastrófico.